Jorge Luis Flores

GtoViaja!

Entramos al Kino Room un poco como exploradores. Las paredes del lugar, las pinturas que las pueblan, las escaleras y hasta sus barandales; el aire que se respira, vamos, todo habla con una cierta locura entre atractiva e inquietante, todo anuncia psicodelia y por cierto, “Atracción inquietante y psicodelia” son palabras muy adecuadas para lo que habríamos de presenciar minutos después.

La sala estaba ocupada sólo por Deisy Preciche, Carla Blanco y el músico Mario Moya, quienes, ocupados en arreglos musicales, presidían un cuadro que bien podría haber sido una composición fotográfica de Man Ray. Torpemente le pregunté a Deisy si son un grupo de teatro guiñol, a lo que respondió riendo: “Chico, está bien que seamos unas muñequitas pero no. Nosotros somos teatro cabaret.”

Mi compañero encendió la cámara y se preparó para grabar sus respuestas, pero Deisy, Carla y Mario tenían planes distintos. Nosotros íbamos a obtener sólo una entrevista pero, cervezas mediante, recibimos una presentación privada. El maestro tomó su posición detrás del teclado y las chicas se sentaron frente a nosotros. Mario comenzó a tocar y entramos a una zona confusa de la realidad, confusa porque ya no estábamos seguros si apenas ahora empezaba la actuación, o si la realidad del mundo se había detenido en la puerta y ya teníamos algunos minutos dentro del sueño. Deisy y Carla cantaban frases como “para reír es la vida” o “¿Cuándo vendrá la paz? Lo cual todavía caminaba por el sendero de lo “normal”, sin embargo poco a poco, como la sonrisa del gato a Alicia, con sus carcajadas, cantos y gritos, peleas y reconciliaciones, transmutaciones en animales, cambios de personalidad, canciones, elocuciones surrealistas-dadaístas, etc. nos guiaron hacia un sitio muy curioso llamado “anti-espectáculo”, desde el cual lamentaban la muerte de la originalidad y la imaginación.

Todo el tiempo que duró, nosotros mirábamos entre fascinados y asustados. Inevitablemente ellas nos convirtieron en sus cómplices y es más, en otros actores. Cuando aparentemente terminaron, y digo aparentemente porque a esas alturas ya habíamos comprendido que no podíamos estar seguros de nada. El pianista se les unió y tardaron un rato en organizar su disposición sobre el sillón. Mi compañero les preguntó: “¿Cómo diferencian al personaje de la realidad?” ante lo que Deisy rio y preguntó: “¿De qué realidad me hablas?” y soltó entonces una cascada verbal propia de los momentos más elocuentes de Ixca Cienfuegos, mientras que Carla dijo: “Creo que precisamente de eso se trata el anti-espectáculo, de romper los esquemas que nos tienen en este cotidiano.” Según entendí, de alguna manera el anti-espectáculo está en una frontera, en una zona ajena a realidades, en donde a su vez caben muchas.

Deisy pasó entonces a contarnos del origen de este hermano anárquico del teatro. “Era la era de los libros de textos gratuitos de la SEP, cuando el anti espectáculo surge de una idea de Ramón Tamayo, quien retoma un concepto surgido hacía muchos años. Buscaba transgredir, ir más allá. No sólo en los términos escénicos sino en el arte en general.” Y sobre cómo se adaptó al teatro cabaret, Deisy agregó entre risas: “todo empezó cuando me sacaron del manicomio”.

Nos contaron además (y hay que decir que toda la entrevista discurre entre monólogos reflexivos

y diálogos espontáneos) que para todos sus proyectos escriben más de un guion, pues ya que la interacción del público es esencial, tienen que pensar también en hacer las piezas de la obra intercambiables, según sea más efectivo el impacto. “tenemos que jugar con los movimientos e ir buscando la transgresión” dijo Carla y Mario agregó que “hay una persona con la que no se ensaya: el público.” Y ello influye siempre, a veces de manera decisiva sobre el guion. “No se parte de una sola idea sino de un conjunto de ellas y de  emociones, de necesidades y a la hora de estar juntos las energías conjugadas con el público hacen surgir muchas novedades.” Argumentó Carla y Mario puso el punto final a este tema diciendo: “El público viene a ver lo que hacemos nosotros, pero nosotros también vamos a ver lo que hace el público.”

Deisy nos dio la buena nueva de que ahora tienen dos nuevos agregados culturales al grupo completando cinco: Fernando Gómez Mancera, el fotógrafo; Ángel Ortiz, el nuevo de iluminación; Mario Moya, Deisy y Carla. “Crece este que ha sido un proyecto de mucho trabajo, de mucho echarle cráneo y de no titubear.”

Cuando las interrogamos sobre el futuro y si alguna vez pensarían dejar el anti-espectáculo por otra línea escénica Deisy sentenció: “Manejamos muchas líneas a la vez.” Y Carla dijo que aún si llegan a separarse, “al decirle sí al anti-espectáculo ya no existe una necesidad de otra cosa” Y agregó que la libertad creativa que da el anti-espectáculo es algo que no se quiere dejar. Por su parte Deisy dijo que además está ligada hereditariamente a su arte y Mario rescató el hecho de que, como todas las formas de arte, el anti-espectáculo seguirá evolucionando.

“Hay distintos niveles de lectura” nos comentó Carla al hablar de la riqueza y sorpresas que pueden surgir en cada momento del anti-espectáculo, desde su creación hasta su muestra. Y en este marco “meta-anti-espectáculo” regresaron un poco a la importancia del espectador diciendo que éste necesita ser un anti-espectador pues de otra manera el anti-espectáculo se convierte sólo en una presentación que maneja el absurdo y elementos del clown. “Si el público me muestra un rechazo yo tengo que saber cómo reaccionar. Hallar una manera de no incomodarlo pero tampoco acallar mi voz.”. Luego Mario habló de la forma que tiene el anti-espectáculo para ser un canal de crítica social, no mediante la señalación específica de culpables o víctimas, sino mediante la habilidad de reírse de uno mismo. “Hay un reflejo de algo, no es sólo parodia.”

Finalmente les pedimos definir a sus personajes. Carla estableció un campo semántico al decir: “Histérico, dramático, rojo, inocente, absurdo, musical.” Y Mario declaró que su personaje es él mismo: “Yo sólo soy el músico.” aunque aprovechó para decir que en ese ámbito se siente feliz pues puede verter su propio pensamiento. Y finalmente Deisy, a quien mi compañero señaló: “tú eres muchas.” Dijo: “mi personaje como cabaretera me ha dado la oportunidad de hacer lo que me gusta (…) Mi personaje puede ser a veces muy grotesco, a veces muy sensual; a veces muy vulgar y otras veces también. Es muy muy. Muy musical y muy mágico.”

Así terminamos nosotros nuestra incursión en el terreno incierto del anti-espectáculo, pero si ustedes quieren ser conducidos a esa zona de la vida, habrá que acudir, con toda la actitud este próximo 8 y/o 25 de junio en el bar Kino Room, sobre la 5 de febrero #316, aunque ellos nos aseguraron que ya que les gusta hacer de todos los suelos su escenario, pues nos han asegurado que “igual nos hemos presentado para 10mil personas que para dos” y además “el anti- espectáculo no depende de las cosas técnicas. Si hay un foquito podemos hacer nuestro trabajo.”

Así que quizás cualquier día se los hallen presentándose en su banqueta, arrebatando a la calle por un rato su realidad cotidiana.

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